La correcta conservación de cualquier alimento o bebida es fundamental, no solo por una cuestión de salud e higiene, también porque solo con un proceso adecuado mantendrán todas las cualidades que les dan el sabor, aroma y textura. Y, para conseguir ese proceso de conservación en las mejores condiciones, los enfriadores de bebida juegan un papel muy importante.

Bien mediante refrigeración, bien a través de un proceso de congelación, el frío es uno de los elementos que se utilizan para el mantenimiento de los alimentos. Estos procesos, que se realizan en neveras frigoríficas, mantienen las características de los productos, evitando la acción de microorganismos que puedan afectarlos. ¿Pero qué ocurre con las bebidas?

Bebidas y conservación en frío

Refrescos, zumos, cervezas, vinos… Son muchas las bebidas que se toman frías. No solo porque una de sus funciones, precisamente, es la de refrescar, sino porque es así como mejor se aprecia todo su sabor. En muchos casos se trata de bebidas diseñadas y elaboradas específicamente para su conservación y consumo en frío, de ahí que deban permanecer en neveras frigoríficas hasta el mismo momento en el que se vayan a tomar.

Junto a ello, hay otra cuestión importante que también tiene que ver con el frío y el sabor de las bebidas. Muchas son carbonatadas, es decir, tienen gas, y ese gas tiende a ‘escapar’ a la menor oportunidad, incluso aunque esté cerrada la botella, ya que hay materiales con una cierta porosidad. En neveras frigoríficas es más difícil que eso ocurra, ya que el frío facilita que el líquido capture y envuelva el gas y sea más complicado que este pueda ‘fugarse’.

De esta manera, una adecuada refrigeración en frigoríficos de bebidas subzero es imprescindible no solo para la mejor conservación de todo tipo de bebidas, sino para poder apreciar todos sus matices, su sabor, su aroma y hasta su textura. Esas características, en definitiva, que las diferencian de todas las demás.

También cambia la percepción

Pero el frío no solo conserva esas cualidades diferenciadoras de las bebidas, sino que también es importante en la percepción del gusto. Es fácil comprobarlo, las bebidas recién servidas de los frigoríficos expositores no saben igual que minutos después, cuando ya se han templado, aunque sea ligeramente.

Esto ocurre porque los receptores del gusto perciben con una mayor intensidad los sabores básicos de las bebidas cuando estas van elevando su temperatura tras sacarlas de las neveras frigoríficas. De esta manera, por ejemplo, las papilas gustativas percibirán el sabor de la cerveza más amargo o el de un refresco más dulce cuando se han atemperado que cuando están muy fríos.

El reto, por lo tanto, está en servir las bebidas muy, muy frías para evitar que pierdan esa temperatura con rapidez. Pero hay un problema: a temperaturas bajo cero se congelarán. O no, al menos no siempre. Los enfriadores Subzero Poowecool logran un efecto singular, se llama supercooling y consiste en bajar la temperatura de un líquido por debajo de su punto de congelación, pero sin que este se congele.

¿Es posible? Sí, gracias a un movimiento de vibración continuo y siempre controlado por sensores. De esta manera, estas neveras frigoríficas consiguen temperaturas muy bajas, perfectas para servir las bebidas de inmediato y poder apreciar la intensidad exacta de su sabor durante mucho más tiempo.

En definitiva, el frío no solo en la conservación de las bebidas, sino que también influye en la percepción que de ellas hacen las papilas gustativas. Refrescos, cerveza y algunos vinos no saben igual cuando no están muy fríos, y no porque hayan perdido cualidades. Por eso, mantenerlos en neveras frigoríficas que garanticen una temperatura adecuada es tan importante.