Cerveza y fría son un sustantivo y un adjetivo que siempre van de la mano.
A cualquier persona le horroriza imaginar que debe tomar una cerveza del tiempo, no imaginemos ya una caliente. Mientras que, en cambio, otros alcoholes como el sake se pueden servir calientes y el vino especiado es muy típico del invierno (Glüwein), no ocurre lo mismo con la cerveza.
¿Por qué siempre se toma fría la cerveza? En este artículo vamos a intentar responder a esta pregunta y explicar algunas buenas razones por las que deberíamos de beber siempre la cerveza muy muy fría.
¿Por qué beber la cerveza fría?
- Es refrescante: La cerveza bien fría es refrescante. Así, consumir cerveza fría puede ser una práctica ideal para encarar los meses de verano. Por ejemplo, en España, que ha sido históricamente un país productor de vino y no de cerveza, actualmente se consume más cerveza que vino. Seguramente tenga algo que ver el hecho de que se agradece mucho más una cerveza bien fría en verano que un vino fresco.
- Sabe mejor: Diversos estudios de expertos en cervezas coinciden en que la cerveza sabe mejor cuanto más fría está. Desde luego, hay excepciones, y parece ser que las cervezas con más graduación o más oscuras, como la Guiness, deben de tomarse frías pero no demasiado; mientras que las blancas y claras deben estar cuanto más frías mejor.
- Combina mejor: La cerveza fría combina mejor con muchos alimentos. Al servirse fría podemos notar más las variaciones de temperatura y estaremos en disposición de degustar las carnes y demás alimentos de mejor manera. Una buena cerveza fría combina perfectamente con una buena barbacoa caliente, por ejemplo.
- Entra mejor: La cerveza fría entra mejor que la cerveza caliente. Al estar fría, la podremos beber sin prácticamente esfuerzo y no se nos “hará bola”. Además, será mucho más fácil de digerir una vez bebida si la hemos tomado fría que si la hemos tomado a temperatura ambiente o caliente.
- Se mezcla mejor: La cerveza fría no sólo combina mejor con los alimentos, sino que también se mezcla mejor para hacer cócteles y mezclas. ¿Alguien se imagina una michelada o una clara con cerveza caliente? Seguramente no. Por eso, tanto las micheladas como las claras, como las claras con limón deben servirse frías y así sacarle todo el partido a esta bebida.
Por Sergio Delgado.